¿Son realmente efectivas las pruebas psicométricas?

Carla Rodríguez, profesional de 25 años, se pasó una mañana completa llenando pruebas de aptitud en una empresa privada. Cuando terminó dijo que en los últimos cuestionarios no le fue muy bien porque ya estaba cansada de tantas preguntas. Resultado: no fue contratada.

Las pruebas psicométricas son parte del proceso de selección de empleados, pero no siempre los candidatos tienen éxito. En ocasiones influyen problemas externos que hacen que la persona se desconcentre, que las pruebas no se correspondan con el puesto o simplemente hay personas que se ponen nerviosas al tomar este tipo de exámenes.

Pese a esto, las empresas cada día utilizan más este recurso para medir la personalidad y las destrezas que posee el individuo y así conocerlo más allá de lo que plasma su hoja de vida.

Yira Sandoval, consultora en gestión humana, dice que estas pruebas son una herramienta idónea para la preselección de los candidatos, pero advierte que no son un determinante en sí mismos, ya que explica- por múltiples razones el entrevistado puede realizarlas de manera incorrecta o manipularlas.

“Creo que en sí mismas no son tan válidas para diagnosticar la personalidad y la factibilidad de un candidato para un puesto de trabajo. Debemos realizar, conjuntamente con la prueba, otro tipo de evaluación para la búsqueda del candidato”.

Lucía Ovalle, especialista en recursos humanos, tiene igual opinión al afirmar que son necesarias, pero no indispensables. Dice que su aplicación a la hora de contratar a una persona depende de las exigencias del puesto, del grado de toma de decisiones y de la responsabilidad que se requiera. “Para los puestos gerenciales es casi imprescindible utilizarlas, específicamente las de personalidad y las de liderazgo. Son herramientas para ayudar a tomar mejores decisiones sobre bases más certeras; sin embargo, no son las panaceas”, subraya.

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