Lockheed Martin, la empresa contratista dedicada a la fabricación de motores de aviones, naves espaciales y equipos electrónicos, ha sido durante décadas la pionera en la fabricación de aeronaves para el gobierno de EE.UU., uno de sus principales clientes.
Cormorant, el nombre elegido para el proyecto (en castellano, cormorán), refiere a un ave de mar que puede zambullirse para buscar sus presas. Parece bastante apropiado para un avión que comenzará y terminará sus misiones a 50 metros debajo de la superficie del agua.
De las especificaciones del Cormorant solo se sabe que será un avión a reacción, autónomo e
El Cormorant ha sido diseñado especialmente para ser lanzado desde los tubos de los misiles Trident, ya que este tipo de vector ha perdido su razón de ser con el fin de la guerra fría. Esto introdujo algunas complicaciones en el diseño del avión, ya que los tubos en cuestión tienen solo dos metros de diámetro. Además, el Cormorant debe soportar la presión de 45 metros de agua y mantener su peso lo suficientemente bajo para poder volar.
A pesar de todo esto, el avión pesará unos 4000 kilogramos, y sus alas se asemejarán a las de las gaviotas. Serán articuladas y flexibles, para permitirles entrar en los tubos de los misiles. El material elegido para el Cormorant es el titanio, por sus cualidades especiales frente a la corrosión. Para soportar la presión, todos los huecos del avión serán rellenados con espuma plástica y gas inerte.
Simulación de un F15 Submarino:
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